
10 Jul VIVIENDO EN ABUNDANCIA
¿Deseas abundancia en tu vida? Creo que la respuesta es obvia.
Todas deseamos abundancia en nuestra vida. Nadie quiere vivir escaso. El problema de la abundancia es que pocos la entienden desde la perspectiva que Jesús nos enseña.
La realidad es que la abundancia poco tiene que ver con la cantidad de cosas que tenemos actualmente. Puedes tener mucho dinero, o muchas posesiones materiales, y aun así sentirte escasa. Todos hemos escuchado la historia de famosos que, a pesar de la gran cantidad de fama, comodidades o dinero acumulado, han experimentado una profunda escasez del alma.
Amiga mía, hoy quiero que comprendas que la abundancia es un estado del alma. No tiene nada que ver con la acumulación de cosas.
Jesús desea que tengas una vida abundante y aún más importante, que lo seas en las virtudes del corazón, en paz, en amor, en generosidad. Cuando eres abundante en estos aspectos, el dinero no es lo que más cuenta. (también debo decirte que usualmente el dinero llega como consecuencia de la siembra y no como algo que debes perseguir incansablemente).
Expandes tu mente a tal magnitud que la riqueza ya no está medida por la cantidad de cosas que tienes. El dinero ya no es tu amo, es más bien un recurso que usas de forma inteligente para honrar a Dios, compartirlo y disfrutarlo.
Entonces, ¿cómo ser una mujer abundante? La respuesta la hallamos en marcos 4:26-28 a la luz de una parábola compartida por Jesús.
“El reino de Dios es como un hombre que siembra un terreno. Y la semilla nace y crece sin que él se dé cuenta, ya sea que él esté dormido o despierto, sea de día o de noche. Así, la tierra da fruto por sí misma. Primero brota el tallo, luego se forman las espigas de trigo hasta que por fin estas se llenan de granos.”
Desarrollar una mentalidad de sembrador es la clave.
El hombre que siempre planta una semilla no espera a que mágicamente algo florezca de la tierra, sino que es intencional con aquello que quiere que brote de ella.
¿Cómo se ve esto en tu vida?
- En vez de acumular, das.
- En vez de aferrarte, dejas fluir.
- En vez de ir por la vida haciendo cosas porque sí, te preguntas ¿qué estoy sembrando aquí?
- En vez de esconderte, te relacionas.
- En vez de quejarte por lo que no tienes; das, incluso de lo poco que tienes.
- En vez de actuar impulsivamente, siembras y sabes esperar.
- En vez de gastarte todo tu dinero en ti misma, lo compartes.
- En vez de ir de afán por la vida, te detienes a escuchar a las personas de manera consciente.
- En vez de mirar tu celular todo el tiempo, lo dejas a un lado y miras a los ojos a quien te habla.
- En vez de perder tiempo valioso en asuntos sin importancia, inviertes ese tiempo en la siembra de buenas relaciones, dones y la formación de tu propio carácter.
En fin, podría quedarme aquí dándote muchas ideas prácticas, pero al final, mi mensaje de amor para ti es que, si deseas ser una mujer abundante, debes empezar por tu espíritu.
No seas tacaña en el amor, en tu tiempo con Dios, en los buenos pensamientos y acciones. Recuerda que si siembras con generosidad (esto aplica para todas las áreas de nuestra vida) recogerás con abundancia.
Preguntas para pensar
¿En qué áreas de tu vida te sientes escasa?
¿Cuáles pasos te está invitado Dios a dar para lograr abundancia en estas áreas?
¿Cuáles creencias internas te están alejando de una vida abundante?
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